Es habitual que, tras un entreno pesado, sintamos dolores o molestias a causa de una técnica extrema, como puede ser realizar sentadilla barra baja. Nada mejor que buen descanso, nutrición adecuada, estiramientos y la ayuda de un buen fisio para recuperarnos por completo de lo que más nos gusta, pero además, podemos ayudarnos de una crema de calor para prevenir lesiones y preparar el cuerpo.

Crema de calor y calentamiento

Nada sustituye a un buen calentamiento antes de empezar nuestro entrenamiento, necesitamos que los músculos y ligamentos eleven su temperatura para poder rendir al máximo y evitar lesiones.

Es común que vengamos tocados con alguna ligera (o no tan ligera) molestia que no nos permita tener la movilidad que deseamos y que, además, nos desconcentre de la ejecución del movimiento.

Es aquí cuando, junto con el calentamiento programado, pueden ayudarnos las cremas de calor.

La fórmula mágica

Lo primero que debemos entender es que, una crema de calor, no repara tejidos ni nos va a hacer posible levantar con una lesión grave, pero si nos va a permitir entrenar con menos molestias y de forma más segura, incluso ayudar un proceso de recuperación post lesión, por lo que se convierten en parte del arsenal de levantador en el día a día.

Los componentes más interesantes, por las sensaciones que buscamos para nuestro deporte, son los siguientes:

  • CAPSAICINA-CALOR: Es una sustancia no soluble en agua, incolora, inodora que produce una sensación de calor por estimulación de las neuronas sensitivas de la piel. Este componente nos dará la sensación de ardor, picazón y enrojecimiento de la piel.
  • ALCANFOR-SENSACIÓN RELAJANTE: El alcanfor natural proviene de la madera de un árbol característico de Asia llamado alcanforero y el sintético, del aceite de trementina. Es una sustancia translúcida de olor fuerte y penetrante, que ha sido utilizada con diversos fines medicinales.
  • MENTOL-FRESCOR: Es un alcohol que procede de la menta. Sirve como antiséptico y como sustancia medicinal contra el picor y la irritación. Tiene beneficios y propiedades refrescantes y es muy utilizado en la industria alimentaria así como en productos con usos medicinales.

En conjunto de estos 3 elementos, tendremos varios efectos deseados:

  1. Sensación de calor en el músculo tratado debido al aumento del flujo sanguíneo a la zona.
  2. Alivio de las molestias, agujetas y lesiones leves.
  3. Mejora en la elasticidad del músculo y ligamentos

¿Cómo aplicar la crema de calor?

Como hemos indicado anteriormente, la aplicaremos inmediatamente antes de empezar nuestro calentamiento o tras una sesión de fisioterapia si nos estamos recuperando de una lesión en el que el sanitario nos recomiende el uso de calor.

Aunque podemos adquirirlas de forma fácil y sin receta médica, debemos conocer cómo usarlas de forma eficiente.

En primer lugar, la crema de calor se aplica en pequeñas cantidades, en las zonas doloridas o en los músculos y articulaciones que vamos a necesitar para nuestro levantamiento.

Después, debemos lavarnos cuidadosamente las manos, ya que, si la crema entra en contacto con la mucosa de la boca o los ojos, tendremos irritaciones.

Su efecto se incrementa con el sudor, de manera que, en el calentamiento, sus beneficios comenzarán a aflorar. Aun así, podemos acelerar el proceso si estamos en un ambiente frío o somos personas con escasa sudoración. Para ello usaremos una prenda que tape la zona o material como rodilleras, coderas o el propio cinturón.

Otro truco es humedecer levemente la zona tras la absorción de la crema, simulando la sudoración de la piel.
Como vemos, las cremas de calor son una herramienta más para rendir al máximo y evitar distraernos de lo que más nos gusta por un pequeño dolor.

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